Albergue del DIF Guadalajara 003

Esto ocurre simplemente porque en el CADIPSI así se han dispuesto las cosas, de esta forma tan idiocrática, en que las insensateces y los abusos del "director", Jorge Ramón López Ramírez, y de otros de más arriba (esto es, que cobran más y mucho más, sin realizar beneficio ninguno tampoco) son simplemente las reglas de facto.

Se que a esto de que estas personas no realizan beneficio alguno, pueden fácilmente los corruptos sinvergüenzas oponer esta objeción por demás falsa, y abjecta por su milintencionalidad: ¿Acaso no damos albergue, y comida, a muchos?

La ocasión es oportuna, sin embargo, para corregir el hecho de que me quedé muy corto al decir eso.

La realidad, incomparablemente más completa, es que si hacemos un balance de los obligados beneficios que se obtienen a través de estas personas, quienes son seguramente la gran mayoría dentro de todo el DIF de Guadalajara, el estatal y el nacional, y los robos y perjuicios (mediante el fomento de la corrupción y de otros muchos serios males, etc, etc, etc), todos y cada uno de esos ladrones-holgazanes-promotores-de múltiples-serios-vicios, le sale debiendo, y mucho, a la ciudadanía.

El robo y los serios perjuicios que estos contumaces delincuentes desde el DIF cometen, son tan grandes en comparación con el magrísimo y muy defectuoso "trabajo" que obligadamente y de muy mala gana hacen, que no solo están en extremo lejos de ganarse los proporcionalmente muy altos sueldos que se les regalan, sino que tampoco debería admitírseles actuar allí ni en el muy hipotético caso de que fuera voluntariamente; esto es, sin otro sueldo que el de los robos que a manos llenas cada vez allí cometen.

Sin embargo, hasta se les paga, y muy altos sueldos, por robar y por abusar también de muchas otras formas.

Estos delincuentes, gozan de un triple sueldo*-robo:

* Digo sueldo, y no "pago", para subrayar el hecho de que se trata aquí en México de algo formal, ya incluso formalizado, por el grado hasta el cual aquí llega la corrupción.

1.- El sueldo en sí, que por ser regalado, y completamente,* es por supuesto no un simple robo, sino de una especie mucho peor que la que en un lugar normal (al derecho) sería llamada tal: Es abuso y delincuencia disfrazada de benefacción; esto es: la más vil, peligrosa y perniciosa forma de abuso que existe y que puede existir.

* Por el bien del progreso auténtico (el que no degrada el egoismo encumbrándolo hasta lo perfecto), no merecen ningún pago, sino incluso castigarse, los trabajos que, de mal o buen grado, se cometen o aprovechan como medio para abusos de cualquier especie.

No es lo mismo golpear inocentes a la luz del día, públicamente, que golpearlos en la oscuridad de la, ventajosa y cobarde, privacidad mediante mordazas por amenazas y castigos abusivos y luego decir, asomando al público cara de santo, que se les está beneficiando; como en este caso está vilmente haciendo el DIF Guadalajara, mediante los dos CADIPSIs cuando menos.

2.- Los robos que cometen, al amparo de esa extrema oscuridad (falta de transparencia) que en el DIF impera. Estos robos, saqueos cometidos con todo descaro, son ya vistos, por los mismos ladrones que pululan en el DIF, y hasta por gran parte de la sociedad, enterada pero conformista e indolente, como parte del sueldo de quienes "laboran" en el DIF.

Son ya vistos simplemente como bonos (premios) de rapacería.

Del mismo modo en que en las empresas que no se dedican a rapiñar todo lo que encuentran llegar puntual y ser productivo incrementa en los empleados los ingresos por medio de bonos, así en el DIF, pero al revés, por lo que he visto y hemos visto muchos innúmeras veces (y de esto hasta los, contados, empleados honestos se quejan aquí), ser "oportuno" y largo al robar, y, si se quiere llegar más lejos, además lo bastante hipócrita (no simplemente disimulado), son las virtudes (los vicios) más valoradas y prometedoras de abundancia y de riqueza sin trabajo por progreso real.

3.- Pero hay un tercer sueldo-robo en esto. Este tipo de individuos, forma parte de toda una contracultura, con antivalores y emociones especiales derivadas de ello. Y este otro sueldo-robo consiste en la alimentación y la satisfacción de psicosociopáticos placeres y deseos.

Como, por ejemplo, el orgullo de ser corrupto y de lograr abusar más que otros. La soberbia, derivada de ese orgullo, despectiva y humillante; que reviste y envilece los abusos más aún. La peligrosa y perniciosa asertividad en la malignidad; que refortalece esas convicciones; ya usual y regularmente arraigada entre estos psicópatas, redundando en persistencia acrecentada en los abusos (contumacia).

La profesión de ladrón en México es, y por mucho, la mejor pagada.

Se les premia por robar y castigar la honestidad, a diestra y siniestra y con todo descaro, muy lejos de castigárseles.

Dentro del mundo actual, México es un país al revés, en que el trabajo de verdugo de la honestidad y del progreso verdadero, es, por mucho, el mejor pagado, en los planos formal e informal.

El problema no es solo que en México la delincuencia se permite, sino que hasta se paga y hasta se premia por ser delincuente, y con ilimitada liberalidad; al mismo tiempo que se nos despoja y hasta fustiga, y con ilimitada severidad, a quienes optamos por ser honestos.

Pero aun si el trabajo dentro del DIF fuera exclusivamente voluntario, sería todavía de los más cotizados y codiciados en todo el país; meramente por las enormes facilidades que aquí se permiten y se generan para robar y para cometer otros muchos abusos.

Y a propósito del "trabajo" de muy mala gana que los corruptos aquí, en el DIF, realizan, hay que aclarar que esto ocurre, únicamente, cuando de algún modo se les obliga a trabajar realmente o, lo que es mucho peor para ellos, a trabajar con menoscabo de su propia deshonestidad, es decir, limitando o dificultando sus robos y otros de sus abusos.

Cuando la gente está en su elemento, es feliz, independientemente de si el elemento es un mar o atmósfera de corrupción o de probidad; y, respectivamente, "trabaja" (robando y abusando) o trabaja (sirviendo netamente y ayudando) de muy buena gana.

Por esto es que hay gente en extremo corrupta, como, por ejemplo, Xóchitl Ambriz Rivera, quien "trabaja" en el CADIPSI de Las Palmas, DIF Guadalajara, como supervisora en Trabajo Social, con una habitualmente enorme sonrisa en la cara.

Simplemente porque al mismo tiempo que este engendro, y a la vez encarnación, de la corrupción está allí robando (cuando menos al cobrar un sueldo que no está ganándose en absoluto, sino todo lo contrario), está en su elemento.

Se le ha puesto allí, precisamente, como un premio por ser excepcionalmente corrupta; porque su "trabajo" allí es altamente satisfactorio y gratificante para gente igualmente corrupta —o aún más— de mayor jerarquía; como, por ejemplo, Silvia Zuno Magdaleno.

Silvia Zuno, sin embargo, por su puesto de más alta jerarquía se ha visto, lógicamente, más que Xóchitl Ambriz Rivera expuesta a las críticas por sus maneras respectivas de ser muy corruptas y negligentes. Y por esto su valemadrismo y su corrupción, más criticados, no le causan la felicidad que ese escudo, hasta ahora, a Xóchitl Ambriz Rivera sí le está permitiendo.

No obstante, ningún individuo en mayor jerarquía debe ser un escudo para otro en menor, porque estar a las órdenes de otro no debe ser nunca una excusa para ser corrupto.

Volviendo al tema de lo encerrado que está el cuarto que a un tiempo contiene escusados y mingitorios (con excrementos y orines dejados allí en parte por negligencia de muchos de los inquilinos, facilitada —y así fomentada— por la negligencia y corrupción del "director"); regaderas; lavaderos para ropa (con agua generalmente en extremo sucia, en gran medida como efecto de que el algibe aquí nunca se lava); y tendederos, en que las prendas puestas a secar se turnan en auténticos criaderos de bacterias:

No hay ninguna ventana, hacia ningún lado. Ni ningún extractor de aire. No hay salida ni entrada de aire de ningún tipo, como no sea la puerta de entrada que, por reglamento del albergue, debe cerrarse y se cierra (porque el policía está a dos metros de allí) al entrar y al salir.

De los únicos tres escusados que aquí hay para uso de los 38 inquilinos hombres, en sólo uno funciona la palanca para bajarle. En los otros dos hay que hacer esto con una cubeta o algún otro recipiente.

La ropa de cama y las toallas no son lavadas NUNCA por el albergue. Esto significa que cada vez que llega un nuevo inquilino recibe la cama tan sucia como la dejó el inquilino anterior, y el anterior del anterior, y el anterior del anterior del anterior; acumuladamente, hasta donde el cuerpo y la mente aguanten, tan infecciosa contaminación y nauseabunda fetidez, imposible o muy difícil de soportar.

Algunas de las toallas de lo más común en el CADIPSI Revolución, del DIF de Guadalajara, que en estas páginas publico:

Marzo 12 de 2020.